Algo tendrán que hacer los Leones de Yucatán o la temporada se les puede complicar aún más de lo que se está viendo.Cierto que el rival que tienen ahora en casa podría ser señalado como uno de los mejores en muchos años en la Liga Mexicana y juega por nota, pero incluso a los Diablos Rojos México se les puede ganar si se juega béisbol como se debe.Las fieras otra vez se vieron sin nada para pelear ante los pingos, que los derrotaron 8-2 para asegurar una serie que parecía interesante, pero se quedó en mera expectativa porque los selváticos están, diría la frase de un viejo cronista ahora en el Salón de la Fama (Jorge Blanco Martínez), “con alma, vida y corazón”. No se ve eso.No cuadra nada. Los Leones, ahora con marca de 14-15, quedaron en un espejismo brutal de la serie pasada ante los Tigres en Cancún, porque no les sale nada o no juegan a nada. Conectaron apenas cinco hits, se poncharon nueve veces y a la hora buena se fueron de 7-2. Bateaban .258 en lo colectivo antes del partido, y pitcheaban para efectividad de 5.69.Mientras eso pasaba, los pingos se daban un buen banquete ante el debilitado pitcheo león. Huascar Ynoa, otro de quien se espera mucho, toleró tres carreras en tres entradas y los tres siguientes relevistas aceptaron al menos una anotación (dos al yucateco Saúl Vázquez, quien lanzó un cuarto rollo de fantasía, pero flaqueó en el quinto).Revirada a primera base, ayer en el KukulcánDecía Lorenzo Bundy un día antes que para los Diablos salir a trabajar para ganar es un estilo de vida, y por eso la gente va a verlos al “Alfredo Harp Helú”. Inning por inning están peleando y por eso su récord es asombroso: 24-5. Los Leones han olvidado esos años recientes en que se ganaron un respeto grandísimo, como equipo de competencia alta. Muchos peloteros presentados como bombas, con etiqueta de figuras, que no responden. Hay sus excepciones, sin duda.El piloto Ramón Santiago trató de mover sus piezas y mandó de primer bate a su mejor cañonero, Henry Ramos, pero no pudo hacer nada. No es fácil abrir un line up. Cinco de sus nueve titulares del line up batean menos de .300. La gran mayoría de sus pitchers va sobre 5.00 de efectividad.Dicen que los Diablos batean más cuando juegan en casa. Ayer se fueron con 12 hits y Julián Ornelas no hizo caso a eso de que en el Kukulcán no vuela la pelota y puso un palo hasta lo alto de la barda verde del central. Esa se hubiera ido en cualquier estadio.Los Diablos ganaban 3-0 cuando llegaron a la sexta para anotar cinco veces para asegurar el partido y la serie. Los Leones se sacudieron de los ceros con dos en la octava. Sus seguidores celebraron como si estuvieran ganando. No quedaba de otra.Hoy, a las 7:30, César Valdez intentará evitar la barrida. Si pierden, no dude que pueden darse movimientos en el timón.— Gaspar Silveira
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