Bajo la batuta de una de las directoras mexicanas más destacadas y de trayectoria internacional, Gabriela Díaz Alatriste, la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY) presentará este fin de semana su décimo programa de conciertos, correspondiente a la segunda parte de la temporada enero-junio 2025, y con un repertorio que impone el talento femenino en todos los frentes: dirección, composición e interpretación.
En rueda de prensa realizada ayer en el Palacio de la Música, la directora invitada compartió detalles del programa que se presentará mañana, a las 20 horas, y el domingo 25, a las 12 del día, en el mismo recinto.
Díaz Alatriste estará acompañada por la chelista polaca Bárbara Piotrowska, quien interpretará el Concierto para violonchelo en Mi menor de Edward Elgar, una obra que fue descrita como profundamente introspectiva, compuesta tras la Primera Guerra Mundial.
“Es una obra hermosísima, muy elegíaca, pero con fuego también, con mucha emoción y belleza”, explicó la directora, quien celebró el reencuentro artístico con la solista invitada, con quien ya ha trabajado antes.
La velada comenzará con “Kauyumari”, una pieza breve, enérgica y espiritual de la compositora mexicana Gabriela Ortiz, inspirada en la cosmovisión huichol y la figura del venado azul, símbolo de guía espiritual en esa cultura indígena. Estrenada originalmente por la Filarmónica de Los Ángeles bajo la batuta de Gustavo Dudamel en 2021, la obra es una joya contemporánea que, según Díaz Alatriste, “está llena de ritmo, con una orquestación brillante y mucha percusión”.
Para cerrar el programa, la OSY interpretará una obra monumental poco conocida en México: la Sinfonía en Mi menor “Gaélica” de la compositora estadounidense Amy Beach, escrita a finales del siglo XIX. “Esta sinfonía fue una revelación para mí. Nadie me habló de compositoras como Amy Beach durante mis estudios, pero es una obra de una profundidad y belleza impresionantes”, manifestó la directora.
Inspirada en las melodías populares irlandesas y la experiencia de los migrantes, la sinfonía de Beach ofrece un viaje emocional y musical que resuena hasta hoy. “Es una música con melancolía, con alegría, con identidad. Nos habla del desarraigo y de la pertenencia, temas universales”, añadió.
Por su parte, Bárbara Piotrowska admitió que estaba “fascinada” por su debut con la OSY y destacó la importancia del concierto de Elgar. “Lo toqué por primera vez cuando tenía 17 años. Es una obra difícil porque no se trata solo de técnica, sino también de transmitir un sentimiento muy profundo. Es una historia que mi instrumento cuenta de la tristeza a la esperanza”, apuntó.
La directora no ocultó la emoción que le produce volver a dirigir a la OSY. Para Gabriela Díaz Alatriste, el reencuentro fue especialmente significativo: “Ha sido maravilloso. Me dieron una muy cálida bienvenida y el ensayo fue muy bonito. Realmente me siento muy contenta”, dijo.
Con sentido del humor y cariño por la región, declaró: “Me gusta mucho Yucatán. El clima… me derrito, pero me adapto”. Y más allá de la anécdota, destacó el vínculo especial que se genera entre músicos y audiencia: “Hacer música juntos nos conecta de una manera muy especial”.
En ese mismo tono, Bárbara Piotrowska enfatizó la calidez del público mexicano y reconoció lo mucho que le sorprendió la forma en la que se disfruta la música en México. “Para eso estudio, para dar esa alegría y esas emociones al público, y luego recibir su energía de vuelta. Es increíble el público en México, de verdad”.
Ambas coincidieron en que la música de concierto no es exclusiva de una élite, sino que proviene del pueblo y debe regresar a él. “Es un error pensar que a la sala de conciertos hay que ir vestida de cierta forma o no aplaudir cuando no se debe. Por Dios, aplaudan cuando quieran. Si quieren gritar, ¡griten! Si se emocionan, adelante. Para eso estamos”, expresó Díaz Alatriste.
Finalmente, la directora hizo un llamado directo a los yucatecos para que acudan a las presentaciones. “Este no es un concierto de ‘música culta’. Es un concierto de seres humanos increíbles que crearon esta música y de otros seres humanos que la tocan. ¡Vengan, disfruten, déjense empapar por esta música!”.
La participación de ambas artistas también visibiliza el papel creciente de las mujeres en el ámbito sinfónico, un espacio históricamente dominado por hombres. “Queremos que llegue un momento en que no se diga ‘directora mujer’ o ‘chelista mujer’, sino simplemente ‘directora’ y ‘chelista’. Todos somos músicos”.
Los boletos están disponibles en la taquilla del Palacio de la Música y en sinfonicadeyucatan.com.mx.— Darinka Ruiz Morimoto
Powered by WPeMatico