En los últimos años, fenómenos sorprendentes han pasado a formar parte de la lógica escolar: los adolescentes pasan menos horas haciendo sus tareas escolares y sacan mejores calificaciones (100). Podría parecer que esto es una buena noticia en términos educativos, pero cuando reflexionamos sobre lo que hay detrás, llegamos a ser conscientes de cómo empiezan a entrar señales de alarma que durante mucho tiempo no hemos sabido leer los padres y las madres.Un estudio realizado por la psicóloga y experta Jean M. Twenge (Universidad Estatal de San Diego), sugiere que los chicos han cambiado las tareas en casa por otras aficiones, como ver la televisión, usar el celular, navegar en la computadora o salir. De hecho, hay cada vez más adolescentes que se deshacen de la obligación de hacer tareas escolares. Pero más que un problema educativo, convendría empezar por reflexionar en qué medida esto puede ser un síntoma grave de nuestra naturaleza escolar. TE PUEDE INTERESAR: Padres, hay que permitir el fracaso de los hijosSegún la Dra. Twenge, el tiempo diario que los alumnos de secundaria y preparatoria emplean en las tareas escolares en el hogar cayó drásticamente de 2021 a 2023: en el caso de los alumnos de 10º grado, han pasado a dedicar 15 minutos menos al día (24 por ciento menos), y los de 8º grado, 7 minutos (17 por ciento menos). Es más, cada vez hay más estudiantes que simplemente no hacen tareas: en 2023, más del 15 por ciento de los alumnos de 8º grado y más de un 10 por ciento de los de 10º afirmaron no hacer ninguna tarea fuera de la escuela.Sin embargo, el esfuerzo académico se desacelera, mientras que el número de alumnos con notas de “excelente” ha alcanzado máximos históricos. ¿Cómo es posible que los alumnos hagan menos esfuerzo… y tengan mejores calificaciones? ¿Qué está sucediendo?La Dra. Twenge plantea varias explicaciones:1) ¿El uso de la inteligencia artificial? La popularización de herramientas como ChatGPT tuvo lugar en 2023, pero la caída comenzó antes, lo que no permitiría explicarla, pero sí podría estar ayudando a mantenerla.2) ¿Los maestros están poniendo menos tarea? Algunos podrían haber quedado exhaustos tras la pandemia y han dejado que sus exigencias bajen. Pero esto no es cierto porque antes de la caída el propio tiempo de tareas ya era bajo.3) ¿O simplemente los estudiantes se han dejado ir y ya no les importa? Los datos muestran que muchos de los jóvenes han perdido el interés no sólo por la escuela, sino también por la propia idea de trabajar duro. Hoy día, muchos adolescentes ya no creen que el esfuerzo sea lo que los llevará a algo después de su etapa educativa.4) ¿O los maestros están bajando sus expectativas? Esta explicación es incómoda, pero parece ser la más evidente. Si los alumnos hacen cada vez menos o son menos los que hacen la tarea, pero van subiendo sus notas, es que la exigencia de los maestros ha bajado. Algunos maestros empiezan a sentir que han de conformarse y no exigir tras lo aprendido de la experiencia pospandemia.Una escuela que ya no exige… ¿forma? Esto debería generar preocupación entre todos los padres, no es sólo una calificación, sino el propio desarrollo del carácter, la responsabilidad, el esfuerzo y la capacidad de concentración de nuestros hijos.¿Y qué podemos hacer los padres? 1) Recuperar el valor del esfuerzo desde el hogar. No esperemos a que la escuela lo haga todo; establezcamos rutinas de estudio, celebremos el esfuerzo más que la nota y enseñemos con el ejemplo.TE PUEDE INTERESAR: ¿Cuándo será el regreso a clase? SEP cambiará el calendario escolar 2025-2026 por vacaciones extras2) Supervisar el uso de los medios tecnológicos. Muchos jóvenes pasan las horas delante de sus pantallas, afectando su nivel de concentración y motivación. Disminuir estos tiempos es esencial. 3) Dialogar con los maestros. Preguntar por el nivel de exigencia y, a la vez, apoyar su labor puede marcar la diferencia.4) Educar el carácter. Responsabilidad, autodisciplina y tenacidad son virtudes que no se enseñan con una aplicación, sino con presencia, ejemplo y límites.No se trata de nostalgia por épocas pretéritas; se trata de ser conscientes de que una generación que no es retada tampoco es formada. Si como sociedad renunciamos a retar, estamos convirtiendo a nuestros jóvenes en personas frágiles, dependientes y con menos herramientas para afrontar la vida.La solución no está en la escuela, también está en casa.
Powered by WPeMatico