Desde hace varios lustros la Coordinadora Magisterial, un grupo disidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ha chantajeado a gobiernos con plantones, movilizaciones y provocaciones que canjean por plazas y dinero. Lo que nunca había sucedido, hasta ayer, es que se atrevieran a prácticamente secuestrar a la presidenta de la República y mantenerla sitiada en Palacio Nacional. La disidencia magisterial escaló un peldaño peligroso, retando a la presidenta Claudia Sheinbaum a medir fuerzas. Y el resultado, hasta ahora, es que van ganando.Ayer fue la primera batalla. Los maestros cercaron Palacio Nacional a las 3:00 de la mañana sin que ninguna autoridad federal o local lo impidiera. Cuando la prensa comenzó a llegar a la sede de gobierno y residencia oficial de la Presidenta, alrededor de las 5:30 de la mañana para la conferencia matutina, no pudieron entrar. Ni ellos, ni nadie. Sólo un número reducido de secretarios de Estado logró ingresar por una pequeña puerta en la calle de Corregidora, en la cara sur del recinto, que estaba sin vigilancia.TE PUEDE INTERESAR: Dudas y claves de una ejecución que sacude a Sheinbaum y BrugadaAl comenzar a despuntar el día, rompieron las vallas de desfile, frágiles porque suponían aliados del régimen, la Ayudantía de la Presidencia no vio la necesidad de utilizar las vallas de metal que colocan cuando hay marchas de feministas. Hicieron varias fogatas junto a los muros de Palacio Nacional, y si no escalaron la destrucción fue porque no quisieron. No hubo ninguna autoridad que lo impidiera. Se replegaron voluntariamente para continuar estrangulando la ciudad en otros puntos, no sin antes provocar imágenes de debilidad presidencial.Sheinbaum no instruyó a la Ayudantía a desalojar los accesos a Palacio Nacional y la policía de la Ciudad de México tampoco intervino. La Presidenta dijo que no iba a reprimir, confundiendo el restablecimiento del orden con una acción de fuerza ilegal. Dentro de Palacio Nacional se consideró cancelar la conferencia matutina, pero se optó por mantenerla y transmitirla a través de las redes sociales. Ahí estaba la Presidenta, en el Salón de la Tesorería, prácticamente sola, hablando a sillas vacías.No era lo que había pensado que pasaría.Cuando se aproximaba el inicio de la temporada de movilizaciones de la Coordinadora, el secretario de Educación, Mario Delgado, le garantizó que todo lo mantendría bajo control, y el 15 de mayo respondió en 13 páginas a las demandas en el pliego petitorio de la disidencia magisterial, encabezadas por su insistencia a la derogación de la Ley del ISSSTE de 2007 −que rechazó por su inviabilidad fiscal− y un incremento salarial de 100 por ciento −contra el 9 por ciento retroactivo a enero y el 1 por ciento a partir de junio, que ofreció Sheinbaum−. Delgado fracasó, como también falló Martí Batres, director del ISSSTE, que habría ofrecido lo mismo a Sheinbaum. La Presidenta, molesta con ellos, puso como enlace de los maestros disidentes a Leticia Ramírez, a quien inexplicablemente el presidente emérito, Andrés Manuel López Obrador, nombró secretaria de Educación, y quien actualmente es coordinadora general de Asuntos Intergubernamentales y Participación Social. Tampoco funcionó.La Coordinadora Magisterial es un grupo que ha estado muy cerca de Morena, y fue pieza central en la pérdida de credibilidad del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, cuando lo llevó al extremo en 2013, forzándolo a utilizar la fuerza de la policía para desalojarlos del Zócalo y recuperar la gobernabilidad. Jugó electoralmente con Morena, por lo que se anticipaba que en la primera temporada de protestas −que preparan cada año para llegar al clímax el 15 de mayo, el Día del Maestro− que enfrentaría Sheinbaum, no tendría las turbulencias que enfrentaron los gobiernos previos al de López Obrador. Se equivocó la Presidenta.Sheinbaum no calculó los alcances de los maestros disidentes. O quizás, no reparó en el apoyo político de los rebeldes del magisterio. El principal se encuentra en Palenque, desde donde el presidente emérito maneja los hilos de ese grupo de maestros a través de otros operadores políticos en el país, aunque también hay gobernadores que subsidiaron 10 mil tiendas de campaña a un costo promedio de tres mil pesos. La logística para acampar tuvo una inversión de 30 millones de pesos, pero habría que agregar al costo total miles de pesos al día en alimentos y transporte.El músculo de la disidencia magisterial se encuentra en el respaldo del ala radical del régimen, al cual perteneció Sheinbaum, pero con la cual se encuentra en un choque abierto por el poder desde hace poco más de un año. La pregunta sin respuesta es si en estos momentos el desafío de la Coordinadora a la Presidenta tiene que ver con subir la presión −que suelen hacer− para obligarla a que los reciba antes del viernes para negociar directamente, que fue lo que se acordó el martes en la Secretaría de Gobernación, o con un nuevo mensaje del ala pura del obradorismo para seguirla hostigando, acotando y debilitándola.TE PUEDE INTERESAR: ‘No vamos a caer en ninguna provocación’… Sheinbaum tras bloqueo de maestros a Palacio NacionalEn cualquier caso, han expuesto sus vulnerabilidades con una fuerza humana que trasladaron a la Ciudad de México como no se había visto antes. Sus protestas cuentan con cientos de participantes, siguiendo el mapa que tienen bien probado: movilización y plantón en el Zócalo, bloqueo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), obstrucciones en las casetas de las autopistas que conectan a la capital federal con el resto del país, interrupción de la circulación en los principales accesos de la ciudad y cercos en embajadas. La innovación este año fue el cerco que realizaron por horas ayer a Palacio Nacional, con la Presidenta dentro y aislada.La acción de la Coordinadora, en los términos y los alcances como la están desarrollando, es una prueba para Sheinbaum, en la que los maestros verán hasta dónde es capaz de permanecer pasiva y resistir sin hacer nada para desactivarlos y frenar la desestabilización de la ciudad, o si logran, como ha sido en la mayoría de los casos en el pasado, doblar a la Presidencia y alcanzar su objetivo real, no la derogación de leyes o incrementos salariales de 100 por ciento −que no es una locura, sino una táctica de negociación−, sino plazas y recursos, como condición para retirarse tranquilamente.rrivapalacio2024@gmail.comX: @rivapa_oficial
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