
“Hay poemas que se nos quedan pegados en el cuerpo, como calcas”, dijo la poeta y editora Elsa Tamez sobre el poeta argentino Fabián Casas, cuya literatura también ha sido señalada como capaz de “no dejarte intacto” y sobre al cual ambos se reunieron a conversar el pasado viernes.
En el marco de la Feria Internacional del Libro Coahuila 2025 (FILC), que hace un homenaje a la literatura argentina, ambos autores aprovecharon para ahondar en los procesos y perspectivas del autor de “Ocio” y “Últimos poemas en prozac” en la charla “Sin llaves y a oscuras”.
“Fabián Casas tiene una manera de entender el mundo y darle la vuelta a eso que estás mirando y te hace ver todo de otra manera”, dijo Tamez en su introducción.
Durante el evento Casas aprovechó para compartir cómo su relación por la poesía empezó desde su familia, el habla, lo que escuchaba y el lenguaje que lo rodeaba, algo que eventualmente le sirvió para pensar este género fuera de sus marcos convencionales, con todo y que los ha estudiado a fondo.
De forma aparentemente tangencial habló sobre el karate, arte marcial que practica desde hace años y gracias al cual se ha familiarizado con la “derrota”, algo que extrapola a la poesía. Asimismo, la conversación abordó los temas que explora el argentino en su obra, su apertura a leer y aprender de todos sus pares, desde los que le precedieron hasta los más jóvenes y su perspectiva sobre el talento.
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Su reivindicación del fracaso alcanza incluso la traducción, pues abogó por el potencial de las “malas lecturas” al recordar cómo el traductor en Argentina de Jacques Lacan, quien no era fluido en francés, o a Baudelaire traduciendo a Edgar Allan Poe y sobre todo cómo escribió su obra, sin saber inglés pero influenciando la manera en que los franceses piensan la literatura.
“A veces son mucho más potentes las malas lecturas que las buenas lecturas”, aseguró el poeta, “la buena lectura tranquiliza, ordena, y la mala lectura te obliga a trabajar, emanciparte”.