CIUDAD DEL VATICANO- Sor Merletti, de 66 años, fue superiora general de las Hermanas Franciscanas de los Pobres, y ahora formará parte de la dirección del dicasterio de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica, informó este jueves la Santa Sede.A día de hoy este dicasterio está dirigido por la prefecta, Simona Brambilla, acompañada por un proprefecto, el cardenal salesiano español Ángel Fernández Artime.TE PUEDE INTERESAR: Activistas piden una mayor presencia de mujeres en la Iglesia con una fumata rosaSor Brambilla fue de hecho la primera mujer en ocupar el cargo de prefecto de un dicasterio o ‘ministerio’ vaticano, elegida el pasado enero por el papa Francisco.El nuevo pontífice sigue así los pasos del su antecesor de elegir a mujeres para altos cargos de la Curia Romana. La primera secretaria de un dicasterio fue Alessandra Smerilli, nombrada en agosto de 2021 en el de Servicio y el Desarrollo Humano Intergal.Sor Brambilla también fue secretaria del de Institutos de Vida Consagrada y ahora será sucedida por Merletti.Tras su elección el pasado 8 de mayo, León XIV decidió mantener a todos los cargos de la Curia de forma provisional. Además Francisco nombró a la primera mujer presidenta de la gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, la también monja Raffaella Petrini.TE PUEDE INTERESAR: ¡Histórico!, el papa nombra a Simona Brambilla como primera mujer al frente de un ministerio del VaticanoSor Merletti nació el 30 de septiembre de 1959 en la localidad de Pineto (centro) y, tras entrar en el convento, en 1984 se licenció en Derecho en la Universidad de Teramo, doctorándose después en Derecho Canónico en la Universidad Lateranente se Roma.Entre 2004 y 2013 fue superiora general de las Hermanos Franciscanas de los Pobres y actualmente ejerce la docencia en la Facultad de Derecho Canónico en la Universidad Antonianum de Roma. ABRE CAUSA PARA LA BEATIFICACIÓN DE DOS MISIONEROSLeón XIV, que fue misionero durante décadas en Perú, dio este jueves un paso simbólico al firmar sus primeros decretos de causas de santos hacia la beatificación de un religioso español y una monja colombiana que defendieron los derechos de pueblos indígenas y murieron por ello como misioneros.El pontífice estadounidense reconoció “la oferta de vida” de Alejandro Labaka Ugarte -con el nombre religioso de Manuel de Beizama- y la monja Inés Arango Velásquez -conocida como María de las Nieves de Medellín-, ahora considerados «venerables» en el inicio de un proceso encaminado a la canonización. Ambos murieron acribillados por flechas y lanzas el 21 de junio de 1987 en una zona remota de la Amazonía, cuando querían alertar de la amenaza de compañías petroleras a los indígenas Tagaeri, población del Parque Nacional Yasuní en el este de Ecuador y considerada ‘no contactada’, explicó el Dicasterio de las Causas de los Santos. Se trata de las primeras medidas en el proceso de canonizaciones tomadas por el pontífice y llegan dos semanas después de su elección, el pasado 8 de mayo. El camino hacia la beatificación de los dos misioneros coincide con la defensa de León XIV de un modelo de ‘Iglesia misionera’, una idea que remarcó en su homilía durante la misa de inicio de pontificado, y que hoy volvió a mencionar en una audiencia con miembros de las Obras Misionales Pontificias. “La Iglesia está llamada cada vez más a ser una Iglesia misionera, que abra los brazos al mundo”, dijo el papa en este encuentro. Las misiones pueden ayudar a «una paz verdadera y duradera» en un mundo “herido por la guerra, la violencia y la injusticia”, añadió.Los primeros pasos hacia la beatificación de Labaka y Arango Velásquez reconocen la trayectoria misionera de dos personas que defendieron a una población amenazada como los pueblos indígenas, en una zona remota y periférica como el Amazonas. Labaka nació en la localidad vasca de Biezama en 1920, fue ordenado sacerdote en 1945, tras lo que se marchó a una primera misión en China, de dónde fue expulsado en 1953, tras la revolución maoísta. Posteriormente, fue enviado como párroco a Ecuador, tras lo que realizó -entre otras funciones- una larga labor como misionero. En 1984, fue nombrado vicario del Vicariado Apostólico de Aguarico y obispo titular de Pomaria, donde destacó como “conciliador y pacificador en una región de alta tensión”, y defendió a los pueblos indígenas del avance de las compañías petroleras y madereras. Esto le llevó a establecer contactos amistosos con los Tagaeri, “tribu minoritaria aún no evangelizada y hostil a los extranjeros”, y decidió ir a su territorio, «donde fue asesinado por los indígenas» junto a Arango Velasquez.La monja, María de las Nieves de Medellín, había nacido en esa ciudad colombiana en 1937, recibió el hábito religioso en 1955 y en 1977 participó en su primera misión de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia en Ecuador, donde entró en contacto con viarias comunidades indígenas y empezó a trabajar con Labaka. En 1987 viajó con él para contactar a los Tagaeri ante «el peligro inminente que se cernía» sobre esta tribu por la “amenaza de grandes empresas petroleras» y pese «al riesgo que esta acción implicaba”, remarca el Dicasterio.“Al día siguiente, cuando regresaron a recogerlos en helicóptero, sus cuerpos fueron hallados atravesados por flechas y lanzas”, lo que muestra, según el Dicasterio, que ambos hicieron una “ofrenda libre y voluntaria de la vida” que valida los primeros pasos en un proceso que podría concluir con su eventual santificación.
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