CDMX.- En un contexto de reacomodo político-criminal, el cártel Unión Tepito puso precio a la “cabeza” de Clara Brugada, asegura Raymundo Riva Palacio tras el asesinato de dos de sus colaboradores cercanos.De acuerdo con la información revelada hoy en su columna “Estrictamente Personal”, fue durante el último año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador cuando el gabinete de Seguridad detectó que la organización criminal tenía en la mira a Brugada.TE PUEDE INTERESAR: Mala racha de la doctora Sheinbaum, entre crímenes y señales de colapso de la 4T“El cártel Unión Tepito… había puesto precio por ‘la cabeza’ de Brugada, molestos por un reacomodo político-criminal en Iztapalapa”, detalla el periodista.Por órdenes de López Obrador, señala el columnista, se reforzó la seguridad de Brugada, quien fue alcaldesa de Iztapalapa y en ese entonces aspiraba a ser jefa de Gobierno. Sin embargo, “con el tiempo se fue relajando (la alerta), al igual que los temores de que hubiera una acción contra ella”.El periodista recuerda este episodio luego de que durante la mañana de este martes fueron asesinados dos de los colaboradores cercanos de Brugada y considerados “parte del movimiento obradorista”.DOBLE ATENTADO ‘SACUDIÓ EL CORAZÓN DEL RÉGIMEN’: RIVA PALACIOPara Raymundo Riva Palacio, el asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, secretaria particular de Brugada y su principal asesor político, respectivamente, “sacudió el corazón del régimen”.De acuerdo con la hipótesis que plantea el columnista, considerando el antecedente de Brugada y la Unión Tepito, los grupos criminales pudieran estar detrás del doble atentado, aunque oficialmente no hay información que lo confirmeEl periodista explica que por la forma en que fue asesinada Guzmán −con disparos dirigidos directamente a la altura de la cabeza− y el comportamiento del atacante, que actuó con aparente entrenamiento y supo cómo huir, se puede inferir que fue una ejecución planeada.“Las imágenes de la cámara de seguridad que capturó el momento del crimen, muestran que el asesino huyó a pie en dirección contraria al tráfico, y parecía llevar una pañoleta que le cubría parte de la cara. No se manejaba como un amateur. Mostró tener mano firme −aparentemente entrenada− para disparar, y supo a dónde dirigirse para escapar”, detalla.En el caso de Muñoz, sin embargo, considera que “por los movimientos del atacante, no era el objetivo central y fue un daño colateral”.En su artículo, Riva Palacio descarta inicialmente móviles como un crimen pasional o una motivación política directa, aunque admite que “el asesinato golpeó al sector más duro y comprometido con el proyecto de nación del expresidente Andrés Manuel López Obrador”.Incluso afirma que se trata de uno de los crímenes más impactantes en la capital del país desde 2020, cuando el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) atentó contra Omar García Harfuch. En ese sentido, advierte que la línea de investigación del crimen organizado debe ser considerada con seriedad, sobre todo por los antecedentes de la Unión Tepito con Brugada.De acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y la Fiscalía de la Ciudad de México, durante la administración de Brugada en la capital del país, han sido detenidos 124 integrantes de la Unión Tepito, además de la desarticulación de una de sus células.CRIMEN ‘TIRA POR LA BORDA CUALQUIER DISCURSO’ DE SEGURIDAD: LORET DE MOLAEn su opinión sobre el doble atentado, el también periodista Carlos Loret de Mola asevera que “si el crimen organizado quería mandar un mensaje, fue clarísimo”, pues ocurrió durante la conferencia de prensa mañanera, “la hora en que mayor atención pública concentra el gobierno”.Con un tono un tanto irónico, el editorialista señala además que el crimen contra Ximena Guzmán y José Muñoz, cercanos a la jefa de Gobierno, se registró en el día en que “toca en la mañanera presumir que la seguridad va de maravilla”.TE PUEDE INTERESAR: ‘Nos encontramos profundamente consternados y de luto’: Clara Brugada“Los rostros de los funcionarios se ensombrecen de pronto. Les llega la noticia, casi en tiempo real”, recuerda Loreto el momento en que la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, se enteraron de los acontecimientos.“Un solo hecho que tira por la borda cualquier discurso e impacta dramáticamente en la percepción. Mano derecha de la jefa de Gobierno. Ataque directo. Funcionaria con acceso a las reuniones matutinas del gabinete de seguridad”, asevera.Loret de Mola, uno de los periodistas más críticos del régimen, ha acusado en otras ocasiones que la reducción de homicidios es artificial, pues mientras estos bajan los casos de desaparición aumentan, tanto a nivel federal como en la Ciudad de México.“Nosotros lo que hemos dicho, es que según las cifras del propio gobierno, mientras los homicidios bajan 25 por ciento, las desapariciones se disparan, suben 85 por ciento”, mencionó hace dos meses en su noticiero el periodista.Por su parte, Riva Palacio plantea una pregunta clave sobre el atentado: si el objetivo era matar a Guzmán, ¿por qué hacerlo en plena vía pública, con cámaras de seguridad y testigos? “Quien lo ordenó, a menos que sea un loco, quiso mostrar músculo para castigar con la mayor exposición. Y si lo hizo, es porque puede”, advierte.
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