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¿Vives con hinchazón sin explicación? Podría ser una enfermedad rara que pasa desapercibida

Gustavo Alonso

En México, el angioedema hereditario es una de esas enfermedades poco frecuentes de las que casi no se habla, pero que pueden cambiar radicalmente la vida de quienes la padecen.

Según datos de la doctora Estefanía Torres, líder médico para Inmunología en Takeda México, la prevalencia es de apenas 0.9 pacientes por cada 50 mil personas.

Sin embargo, la falta de diagnóstico y el desconocimiento de sus síntomas la convierten en una amenaza silenciosa: más del 80% de los casos en el país no ha sido diagnosticado.

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A pesar de ser tan poco común, esta enfermedad genética puede resultar potencialmente mortal, sobre todo cuando los síntomas afectan las vías respiratorias y ponen en riesgo la vida por asfixia.

Los pacientes suelen vivir durante años con incertidumbre, enfrentando cuadros recurrentes de hinchazón (edema) en diversas partes del cuerpo, especialmente en el abdomen, lo que puede llevar a múltiples cirugías innecesarias y diagnósticos erróneos como síndrome de intestino irritable o infecciones gastrointestinales.

¿Qué es el angioedema hereditario y cómo se distingue de una alergia común?

El angioedema hereditario es una enfermedad causada por una alteración genética que provoca la falta de una proteína llamada C1 inhibidor de proteasa.

Esta deficiencia genera un desequilibrio en el organismo, permitiendo un exceso de bradicinina, una sustancia que dilata los vasos sanguíneos y causa fuga de líquidos, lo que resulta en edema.

A diferencia de las alergias comunes, los edemas por angioedema hereditario no van acompañados de comezón ni enrojecimiento.

Se presentan de forma asimétrica (solo en una parte del cuerpo) y pueden aparecer en diferentes zonas en cada episodio.

Además, este tipo de edema no responde a los antihistamínicos ni esteroides habituales para las alergias, por lo que la falta de respuesta a estos tratamientos es una alerta importante para los médicos.

Un diagnóstico que puede tardar años

Una de las principales barreras para el diagnóstico oportuno es la falta de conocimiento sobre enfermedades raras en el primer nivel de atención médica.

En México, el médico general, pediatra o internista se enfrenta a miles de enfermedades raras, por lo que pensar en el angioedema hereditario no es algo inmediato.

Según la doctora Torres, los síntomas suelen comenzar en la infancia, entre los 5 y 8 años de edad. Muchas veces, los padres recorren numerosos consultorios y hospitales en busca de respuestas, lo que retrasa el diagnóstico por años.

En algunos casos, los pacientes pasan hasta 15 años sin recibir un diagnóstico correcto, sufriendo ataques recurrentes que afectan su calidad de vida y generan ansiedad tanto en ellos como en sus cuidadores.

Claves para la detección y sospecha

Para los médicos de primer contacto, existen señales de alerta: edemas recurrentes sin comezón ni enrojecimiento, antecedentes familiares de hinchazón o muertes inexplicadas por asfixia y la falta de respuesta a tratamientos convencionales para alergias. El 75% de los casos reporta algún familiar con síntomas similares, lo que refuerza la importancia de la historia clínica detallada.

Acceso a tratamiento y nuevos retos

El panorama para los pacientes ha mejorado en los últimos años. Actualmente existen en México medicamentos que pueden detener un ataque agudo, tratamientos de profilaxis a corto plazo para quienes serán sometidos a cirugías y profilaxis a largo plazo para mantener controlada la enfermedad. Estas terapias, sin embargo, requieren individualización y acceso a médicos expertos en el tema.

A nivel institucional, el principal reto sigue siendo la falta de conocimiento sobre las enfermedades raras, tanto en el sector salud como en la administración.

Por ello, Takeda México y organizaciones médicas y de pacientes trabajan en campañas de educación y foros para profesionales de la salud, con el objetivo de visibilizar la enfermedad y facilitar el diagnóstico temprano.

Creer en el paciente, una clave para salvar vidas

Para la Dra. Torres, uno de los mayores desafíos es lograr que tanto médicos como familiares crean en los síntomas del paciente, incluso cuando los resultados de laboratorio o tratamientos iniciales no sean concluyentes. El apoyo emocional y la difusión de información confiable pueden hacer la diferencia para lograr un diagnóstico a tiempo y mejorar la calidad de vida de quienes viven con angioedema hereditario.

bgpa

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